“Desprejuiciados son los que vendrán” decía Charly y tiene razón. Lo que celebro de este disco es lo mismo que celebro de Poxyrán o Luca Bocci. Que la música y la lírica son juegos aquí. Nada sesudo, nada de paja intelectual, ni desvaríos sobre el amor romántico. Y encima con onda.
El primer disco de Louta tripea y dice lo que quiere de la forma que quiere. No es necesario entender nada sino flashear con la sonoridad fosforecente de la propuesta. Y también es muy gracioso por Instagram.
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